Llega la semana santa, llega “el caloret” como diría una desafortunadísima alcaldesa
valenciana, llegan las procesiones, los días de recogimiento y pasión. Llegan las ganas de fiesta, el
inicio de las alergias, la alegría por el estiramiento de las horas de luz después de un largo y
tedioso invierno, llega el Gasshuku! nuestro acontecimiento anual más importante. Nuestro
momento, o mejor dicho “nuestros momentos” ya que es una auténtica concatenación de
situaciones especiales que facilmente se graban en nuestra retina . Llevamos ya días pensando
en ello y cada día que pasa es uno menos a tachar en el calendario.


-Iros preparando, ya falta menos.. nos recuerda el Sensei después de una clase de esfuerzo,
-¿Qué, tenéis ya ganas de que llegue?, -Osss!, Por supuesto, ya falta casi nada, ya
estamos allí!…

El Gasshuku empieza el jueves santo después de comer. Reunión en el lugar habitual con todos los coches encargados del transporte de los que vamos a ir (aunque siempre hay los que llegan al día siguiente o al otro..) y venga! vámonos. Este año hemos cambiado de emplazamiento.
Los últimos años celebramos Gasshuku y Matsuri en la casa de colonias de los Maristas de Mogent en Lliça de Munt. Este año vamos a probar nuevas experiencias, nos vamos hasta la casa de colonias de los Maristas La Farga de Queralbs situada a los pies de este pequeño pueblo a tiro de piedra del magestuoso santuario de la Vall de Núria. En pleno corazón de los Pirineos Catalanes. Allí donde empezó la historia de los condados catalanes protegidos por el amparo y abrigo del emperador franco Carlomagno.

Como no sabemos muy bien dónde está, vamos por tandas y nos indicamos vía Watsapp por dónde vamos y qué es lo que hay que hacer para no perderse. No es demasiado complicado, Barcelona-Ripoll-Ribes-Queralbs. Llegamos allí con los pulmones hinchados, tanto oxígeno y tan puro..la excitación nos invade. Qué lugar! las montañas, el río (ya hablaremos de ésto después), la casa. Aquí las habitaciones con sus literas, aquí el comedor, aquí será donde hagamos el dojo.. Primera tarde allí, primer entrenamiento: Kanku Dai. Acabamos, más contentos que cansados, a cenar y a prepararse para lo que nos esperaba. Risas y distensión, excitación y bromas a la hora de dormir. Lógico, si estamos hechos unos chavales..los jóvenes por la edad y los mayores por la mentalidad..

El viernes nos levantamos y primer entrenamiento matutino al aire libre. El frescor de la montaña a esas horas y el río Freser se hacen notar. Acaba y llegan los primeros “rezagados”, como ceremonia de bienvenida son los primeros en probar el sabor del agua dulce que baja de las montañas por el río Freser. Una sensación inolvidable os lo puedo asegurar ya que el que suscribe tuvo la suerte de ser uno de ellos. No serán los últimos. De manera paulatina y casi perfectamente ordenada casi todos los asistentes al Gasshuku iremos pasando por la piedra de lanzamiento hasta el hueco que gentilmente nos guarda el río en aquel recobeco. Eso sí que es un chapuzón y no lo que hacían en aquel programa de televisión.. Nos dirijimos a desayunar y nos

preparamos para la primera excursión. Siguiendo un sendero que sube por la montaña y con el calorcito propio del paseo por la montaña llegamos a una poza, pero antes nuestro compañero Paco tiene la suerte y honor de darle un abrazo a un riachuelo afluente del Freser. Otro más que bebe agua de río.. En la poza nos cambiamos la ropa y nos colocamos el karategi ya que el momento lo merece. El lugar precioso, el solecito dándonos el la cara, el calorcete el sudor.. Nos armamos de valor y entramos ordenadamente en la poza de agua con su cascada maravillosa. Idílico si no llega a ser por la temperatura del agüita y por un cierto dolor que ésta provocaba allí donde más daño hace el kingeri..

Nos echamos unas fotos e iniciamos el camino de vuelta con el correspondiente subidón de calor. El rancho del comedor es excelente y nos sirve para recuperar fuerzas. A media tarde entrenamiento en la sala cedida para este menester aunque todavía no perfectamente decorada con los ya típicos e irrenunciables carteles que tan mañosamente es capaz de diseñar nuestro compañero Patrício, verdadero master cocinero en platos nipones, japoparlante y escriba del milenario arte de la grafía kangi japonesa. Kumite y kata Jiin, dos ejercicios trabajados a tope que nos hace sudar lo comido. Cena y camita que mañana más.

El sábado por la mañana llegaron tres compañeros del dojo de Biarritz: Stéphane, Marine y Silvain. Compañeros que nos habían confirmado su presencia en nuestro último viaje por aquellas tierras vasco-francesas. Luego más tarde llegarán tres compañeros del dojo Ridao. Entrenamiento matinal y de tarde. El dojo ya perfectamente decorado. Gánkaku. No faltan problemas de equilibrio, por supuesto. Es importante resaltar que el suelo del dojo parquet viejo y gastado es sin embargo bueno para la práctica del karate. Durante la cena nuestros invitados franceses nos obsequian con un ron elaborado al estilo y manera tradicional de su tierra muy dulce y fácil de entrar. Muy bueno aunque por la mañana, al día siguiente más de uno tuvimos que echar mano de las aspirinas. Traicionerillo el ron francés..

Llega el domingo, las previsiones metereológicas clementes, sol y buen tiempo! (hemos tenido mucha suerte durante todo el Gasshuku con el tiempo). Decidimos coger el tren cremallera y subir a visitar la Vall de Núria. Un paraje como pocos. Allí nos encontramos con un acompañante inesperado y no deseado. Un intenso viento helado que baja de las cumbres nevadas que nos deja un poco “pajaritos”. La temperatura era tan buena unos metros más abajo que nos sorprendió a todos. Eso por un lado, luego la nieve. Guerra de bolas de nieve, risas.. Nos tomamos un tentempié, nos quitamos el frío de encima y volvemos al “campamento base”.

Por la tarde se realizan los exámenes de grado que por realizarse fuera de casa, con el cansancio acumulado y los típicos nervios del que se enfrenta a este tipo de situación, hace todavía más meritosa su consecución. Felicidades a todos los que lo realizaron.

Llega el lunes, el último día de estancia en las convivencias. El día en que vienen los padres de los alumnos y celebramos con ellos, con una comida que la fiesta ya se acaba. Allí se explica qué hemos hecho, cómo se han comportado sus pequeños guerreros, situaciones, anécdotas..

Éste ha sido un Gasshuku especial, todos lo son en cierta manera, pero éste con más razón si cabe. Hemos cambiado de emplazamiento, hemos probado el sabor del agua dulce fría como el carámbano, el aire fresco y puro del Pirineo. Ha sido un Gasshuku internacional, hemos hablado en inglés, francés, catalán y castellano. Hemos conocido nuevos lugares, lugares que sin duda volveremos a visitar. Nos ha dejado un sabor de boca muy bueno aunque sin duda con ganas de volver muy pronto. O al menos para el año que viene. Osss!

Fernando Cubells. Alumno del Dojo J.Martínez.