En la práctica de las Artes Marciales (Budo), se debe hacer una diferencia entre lo que es entrenamiento y lo que es la práctica. Por entrenamiento los japoneses usan la palabra “Renshu” 練習 que significa preparar o entrenar el cuerpo; en cambio para definir la práctica usan la palabra “Keiko” 稽古 que significa entrenar o preparar el espíritu. Por esta razón, la palabra “Keiko” es importante no sólo en el Budo, sino que también en otras actividades culturales donde los aspectos espirituales son fundamentales, como lo son la Ceremonia del Té y el Arreglo Floral.
Keiko, que literalmente quiere decir “reflexionar, repasar el pasado”, connota una cualidad religiosa en el entrenamiento, que consiste en el respeto y la conservación de las antiguas tradiciones.
El hecho de que “Keiko” sea fundamental para las artes culturales japonesas, demuestra el respeto que tienen los japoneses por lo mejor de las viejas tradiciones. El entrenamiento en pleno verano (“Shochu-geiko”) y en pleno invierno (“Kan-geiko”) forma parte de esta gran herencia.
Existen muchas razones para las prácticas con calor o frío extremo, así como el entrenamiento al amanecer y a media noche, pero una bastante válida, puede ser la de dar a la gente una oportunidad de ponerse en contacto con ellos mismos y con la naturaleza. La práctica del Budo, que contiene lo mejor del arte marcial tradicional, puede suponer una vía para que el ser humano encuentre sus raíces y volver a la naturaleza.
Cuando nos resistimos ante la naturaleza o la ignoramos, nos vemos incapaces de sentir verdaderamente lo que es la vida humana y ello es parte vital de la despersonalización y deshumanización que nos aflige a todos. Debemos, pues, volver a la naturaleza.
Por Humberto Heyden