Los pasados días 17 al 21 de abril hemos podido disfrutar del acontecimiento más importante del año en lo que a actividades fuera del dojo se refiere. El “Gasshuku” o lo que viene a ser lo mismo las jornadas de convivencias al aire libre que se vienen celebrando ya desde hace unos años en los alrededores de la casa de colonias Mogent de Llinars del Vallés.

El Gasshuku es un momento muy especial para todos y cada uno de nosotros. Son unos días donde convivir con el compañero, entrenar al aire libre ya sea mañana tarde o noche y la relación con la fantástica naturaleza que nos envuelve, alcanzan su zénit. El poder estar allí aunque solo sea por un día, por unas horas es algo que te llevas para todo el año. Como ya expliqué en alguna ocasión anterior es nuestra peregrinación anual a la meca, nuestra subida a la montaña sagrada, nuestro momento.

Las jornadas comienzan nada más llegar allí el jueves santo por la tarde y acaban el lunes de pascua con una comida donde los familiares y amigos de los miembros del dojo se unen en una fiesta karateco-festiva. Por el camino se queda todo lo vivido-sufrido-compartido-disfrutado. Como los pamplonicas dicen cuando llega el pobre de mí en San Fermín, tristes porque se acaba el Gasshuku de este año pero contentos porque ya falta menos para que llegue el del año que viene.

Pero, para alguien que nunca ha estado y quiere tener una idea de lo que se pierde ¿cómo se lo podemos dibujar en este mar de letras?.

Podemos empezar por explicar que entrenamos al aire libre, pero también lo hacemos en una sala habilitada para ello dentro el recinto de la casa de colonias. Que hacemos karate-do, pero también condición física convencional. Que hacemos juegos divertidos pero duros y físicos a la par. Que vamos por el campo improvisando “lo que salga” pero también desarrollamos katas preestablecidos. Que este año hemos cortado troncos al más puro estilo “Euskal Aizkolari” (cortadores de troncos vascos) pero que también hemos practicado una clase cardio-aeróbica-dance de Body Combat. Que hemos sudado lo nuestro pero también comido hasta llenar la barriga. Que hacemos juegos con los más peques pero también preparamos y desarrollamos exámenes de consecución de grado. Que nos acostamos bien entrada la noche y que nos levantamos para el calentamiento gimnástico bien pronto por la mañana. Que nos dejamos la piel entrenando (también los pies descalzos y qué decir de los puños contra un simpático tronco) pero también nos estiramos en el césped a charlar, reir y bebernos unos refrescos tranquilamente. Que hacemos lo grande y lo pequeño, lo duro y lo agradable, lo global y lo individual. Pero sobretodo, sobretodo: que lo pasamos muy bien todos con todo y con todos. El Karma, el espíritu que se vive allí es fantástico y absolutamente recomendable en estos días difíciles que nos toca vivir en ésta nuestra sociedad.

Esto mismo es lo que algunos de nuestros compañeros más jovenes nos han dicho sobre
cómo les ha ido en este pasado Gasshuku. Como por ejemplo Hasna:

Para mí estas convivencias, como todos los años, han sido una maravillosa experiencia, des del primer día hasta el último, hemos disfrutado enormemente de todas las actividades haciendo lo que más nos gusta, practicar karate, de una forma diferente y en un sitio diferente. Por otra parte también me ha agradado muchísimo poder convivir con mis compañeros durante estos días, tanto con los de mi edad, con los más mayores y con los más pequeños, porque pese a que nos vemos tres días a la semana, es muy diferente convivir cinco días las veinticuatro horas, poder comer juntos, hablar, divertirnos y sobretodo pasárnoslo muy bien y sentirnos como una gran familia. Finalmente agradecer que se hagan estas convivencias porque como ya he dicho son una gran experiencia, tanto para desconectar, para convivir con todos nuestros compañeros, para practicar karate de una forma muy especial y lo más importante, para pasarlo genial todos juntos. ¡Ya estoy deseando que lleguen las próximas! ¡¡OSS!!

Hasna Ajoulou Rahmouni Hlimi

Alejandro nos comenta:

Soy Alejandro, cinturón marrón primer kyu, y lo que tengo que decir sobre estas colonias es que han tenido mucho más valor respecto al compañerismo entre todos los participantes que otras a las que he asistido, y sobretodo porque con nuestra edad ya hemos podido participar en otras actividades con los cinturones más superiores y así poder conocerlos un poco más. Oss!

Alejandro Miguel Tovar

Carla apunta:

En este nuevo gasshuku 2014, ha estado lleno de nuevas experiencias, nuevos momentos y de grandes personas, en las que es difícil olvidar. Este año, no es el primero al que voy pero tampoco es el ultimo, ya que vivir un gasshuku no es solamente hacer karate sino que se aprenden nuevas sensaciones y conoces a otras personas donde la edad no importa ya que poco a poco todos nos convertimos en una gran familia. Oss!

Carla González

Así es como lo han vivido tres de nuestros jóvenes compañeros pero la idea es extensible a todos y cada uno de nosotros. Experiencia digna de ser repetida cada año, pero cada año con su pequeña variación con su toque personal que la hace única en su género.

Somos un grupo humano entregados a la práctica honrada del Shotokan Karate-do, pero sobre todo, por encima de todo lo demás, somos un gran grupo humano. Oss!
Gracias a todos.

Fernando Cubells, alumno del dojo J.Martínez