Crónica de un fin de semana en clave de karate.
Sensei Shirai. El Altet – Alicante

El pasado fin de semana día 2 de noviembre tuvimos suerte y gran honor de poder disfrutar de una de las experiencias más gratificantes que un practicante de karate-do puede tener. Pasar toda una jornada de entrenamiento con uno de los pocos maestros que quedan todavía representantes de la esencia de lo que el karate-do fue y que todavía algunos pocos creen que debe continuar siendo. Auténtica historia viviente del karate: El Maestro Shirai. Tuvo lugar en la localidad alicantina de El Altet conocida sobre todo por su aeropuerto.

Empezamos el viaje el viernes a mediodía, muy contentos e ilusionados como niños que van de excursión teniendo como locus reunionis la estación de servicio del Portal de Barcelona. Comerse el bocadillo y carretera que llegamos tarde. El buen humor entre todos nosotros y la certeza de que iba a ser una experiencia que iba a valer mucho la pena se respiraba en el ambiente. Llegamos al Hostal ya de noche, cenamos y a descansar, que había que estar en forma al día siguiente.

Al llegar al polideportivo, expectación y prudencia ya que algunos de nosotros era la primera vez que nos aventurábamos en un entrenamiento no dirigido por nuestro Sensei y compartiendo suelo con karatekas de otros dojos tan dispares como portugueses, vascos, madrileños, franceses, italianos, etc.

Fue el maestro Baeza quien nos presentó al Maestro Shirai haciendo las veces de traductor ya que Shirai se dirigiría en sus alocuciones a todos nosotros en lengua italiana, país donde reside y enseña.

Empezamos la mañana ejercitando Ten-no-kata omote y ura, especial atención en los giros y direcciones para pasar a Taikyoku Shodan seguido de kihon básico y tradicional que ya practicaban los pupilos de Gichin Funakoshi con búsqueda constante de kime. Técnicas básicas por el contrario no exentas de gran dificultad si buscamos su correcta ejecución. La mañana pasó rápido, muy rápido, la concentración en realizar correctamente las órdenes del maestro Shirai hizo que el tiempo volara. A comer que por la tarde volvemos. Pero antes había que hacerse la correspondiente sesión de fotos. Todos los presentes queríamos dejar inmortalizado el momento; -Sí, yo estuve allí con Sensei Shirai y esta es la prueba-, podremos decir algunos dentro de un tiempo cuando queramos contar alguna batallita. Saludo efusivo de Shirai a nuestro Sensei José Martínez cosa que nos hizo hinchar el pecho de orgullo y alegría
mientras nos hacíamos las fotos mirando al tendido y a los que aguardaban todavía para
fotografiarse.

Empieza la sesión de tarde y para que nadie se relaje ni se despiste de que allí habíamos ido a practicar karate sincero, unas apreciaciones/rectificaciones asertivas y con fuerza por parte de Shirai. Trabajen..yame! Corrección, kime! Sigan..yame! No hubo lugar a digestiones pesadas ni sensaciones de abulia de media tarde, enseguida se quedaron en la puerta para no entrar ya más. Trabajo de Heian Shodan, Heian Nidan, Heian Sandan y Jion. Aplicaciones para Jion y su interpretación personal del bunkai. Y llegamos ya al final de la jornada. Seiza, saludo y.. llega el momento que nos hizo emocionar a todos. Nuestro Sensei José Martinez solicita la colaboración de Shirai para hacer entrega del diploma de quinto Dan a nuestro compañero César González que quedó absolutamente estupefacto y sin habla. El tsuki
entró sin posibilidad de defensa alguna, felicidades César. No era el final de los momentos que nos iban a dejar la piel de gallina. Sensei Pepín le entrega a Shirai un presente de recuerdo y un diploma escrito en castellano y en su lengua natal japonesa. En él le daba las gracias por su dedicación y sus enseñanzas durante tantos años y por haber sido un apoyo muy importante en su camino en esto que nos ocupa a todos. El karate-do. Visiblemente emocionado Shirai agradece sinceramente el regalo y nos obsequia con la afirmación que había sido lo más bonito que un Maestro e instructor de karate le había confiado nunca. Oss!

Podemos afirmar pues que estuvimos entrenando con una parte de la historia viviente del karate, pasando un día inolvidable y con un final de película.

Estábamos tan contentos y satisfechos de lo vivido y experimentado, que las bromas y el buen humor pese al cansancio del día y la carretera duraron hasta llegar a casa.

Fernando Cubells

Alumno del Dojo J. Martínez.